Sinopsis:
La película comienza con un joven llamado Kagenuma (Ryuhei Matsuda) apareciendo de la nada en el apartamento de un antiguo profesor de su padre. Tras entablar una breve conversación, el muchacho le revelará que el motivo de haber entrado en sus pesadillas es para intentar salvarlo y sacarlo de una espiral con consecuencias trágicas. Sin embargo, este personaje que se muestra insatisfecho y hastiado de su vida, se niega a marcharse con él. Finalmente Kagenuma despertará en el hospital, en el preciso momento en que este hombre fallece.
Con esta rara premisa comienza esta particular historia.
La siguiente escena nos llevará a una comisaría de ese Distrito, y a la que se incorpora una nueva inspectora llamada Keiko Kirishima (Hitomi). Enseguida deben acudir a un aviso en el que descubrirán el cuerpo de una joven que, aparentemente, de una manera brutal y empleando una cuchilla, se ha suicidado. La teniente Kirishima tiene dudas acerca del caso y discrepa con sus nuevos compañeros, los detectives Ishida y Wakamiya.
No tardará en aparecer un nuevo cadáver. Esta vez el de un hombre que ha muerto también de manera violenta, empleando un cúter en mitad de la noche para degollarse. Lo raro es que el suicidio se produce en su propia cama junto a su esposa, la cual afirma que parecía estar sufriendo una pesadilla. También les cuenta que dicho sueño parecía haber sido el causante de la muerte de su marido, que entre cuchillada y cuchillada pedía ayuda a gritos.
Pero enseguida descubrirán una conexión más. Ambos suicidas tienen algo más en común: han hablado previamente, minutos antes de su muerte, con un personaje al que apodan “señor Cero”.
La investigación tomará caminos diferentes. La teniente tendrá que indagar y hallar pesquisas sobre estos casos desde un punto de vista diferente al de su otro compañero, el detective Ishida, que empleará otro punto de partida distinto.
De manera casual, e intentando abordar estos suicidios o posibles crímenes, involucrarán en dicha investigación a Kagenuma, el cual inicialmente será reacio a emplear de nuevo sus particulares habilidades, pero que por una concatenación de circunstancias se verá obligado a actuar y colaborar para desentrañar ese terrible y sangriento misterio.
Opinión personal de David P. Yuste:
Este film japonés consigue mezclar varios elementos, entre los que se destacan el terror sobrenatural, las características propias de los thrillers y las películas sobre asesinos en serie. Pero, además, hace algo más: te introduce de una manera bastante efectiva en el misterio que rodea toda la trama.
Sí debo decir que los primeros minutos son un poco extraños. En el sentido de que nos vamos a encontrar con una serie de escenas que no sabremos muy bien cómo interpretar. Pero una vez superados esos fotogramas, todo irá encajando y nos hará comprender mejor las diversas situaciones que aborda la trama, sumando a ellas los propios traumas (los cuales no son pocos) de sus protagonistas.
Por otro lado, opino que la historia en sí crea una atmósfera envolvente y, sin que seas consciente, te introduce de manera inteligente para hacerte llegar, casi sin darte cuenta, a un final no exento de violencia, cierta crudeza y algún que otro susto.
Aunque hay trabajos que afrontan el mundo de los sueños desde un punto de vista sobrenatural, creo que Nightmare Detective ha sabido jugar muy bien con esa carta y hacer un producto diferente, atrayente y muy entretenido.
Eso sí, en ocasiones el ritmo es un tanto irregular y algunas escenas son algo largas, pero se lo podemos perdonar si tenemos en cuenta su final, el cual dará un giro impredecible y, en parte, también un tanto sorprendente.
Tal vez no sea la mejor película que nos ha traído el J-Horror en estos últimos años pero, desde luego, seguro que los fans del cine oriental, y en especial del terror y las hibridaciones dentro de este género, sabrán apreciar el valor y las cualidades de esta película.
Lo mejor: la ambientación, las escenas de acción/ terror y, sobre todo, su final.
Lo peor: como decía antes, el ritmo a veces no es todo lo ágil que nos gustaría y eso le resta emoción y tensión a algunos momentos que deberían de ser más ágiles y, en definitiva, también más potentes.
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