Sinopsis:
Brodie es un recién llegado a un pequeño pueblo que se hará amigo de Zakk, el típico malote, debido a la admiración mutua que tienen ambos por el heavy metal. Sin embargo, estos dos perdedores invocarán sin querer fuerzas del mal peligrosas que harán que sus sueños de llegar un día al estrellato se queden de lado en su lucha por sobrevivir.
Opinión personal de Tamara López:
Esta película de 2015 es una frikada de las gordas, de las más gordas que te puedas imaginar. Y sí, como ya supondréis, me ha gustado. Está protagonizada por Brodie, un chico que, tras quedarse solo a causa de una enfermedad mental de su madre, tiene que irse a vivir con sus tíos y su primo. ¿El problema? El chico es metalero, y sus tíos son súper religiosos, además de que su primo es un abusón, así que la estancia con ellos es de todo menos bonita.
Es por eso que el chico, al conocer a Zakk, el malote del instituto, se refugia en él y en el grupo musical de heavy metal que forman: los Deathgasm. Pero un día, sin querer, al tocar una melodía, invocarán a fuerzas del mal que harán que tengan que sobrevivir entre los monstruosos seres en los que se han convertido sus familiares y vecinos.
Es bizarra, sangrienta y explícita, tres adjetivos que hacen de ella algo digno de ver, sobre todo para los amantes de terror de Serie B. No soy muy amante del metal, pero aún así me ha encantado la estética de la película y el look de los personajes, sobre todo el de Medina, que pasa a ser la pija del insti a una chica de... hachas tomar.
En el reparto, Milo Cawthorne (Power Rangers), Kimberley Crossman (Funny Girls) o Stephen Ure (El hobbit), que nos regalan un rato de risas, música infernal y monstruos a los que reventarles la cabeza.
Sin duda, una película que, aunque no sea la del año ni de lejos, entretiene y saca más de una sonrisa. Me ha sobrado, eso sí, alguna escena de humor tipo caca, culo, pedo, pis.
Lo mejor: muy divertida.
Lo peor: algo de humor infantil.
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