Cines Torrance: La casa de Jack (2018)

 

Sinopsis:

La historia comienza con una serie de fotogramas fundidos en negro, mientras que dos personajes hablan a lo largo de lo que parece un camino que ambos comparten.

El protagonista de la historia, Jack, protagonizado de forma soberbia por Matt Dillon (Rebeldes, Beatiful Girls, Juegos salvajes, serie Wayward Pines), es un asesino en serie que vive en los Estados Unidos, y que a lo largo de una franja de doce años (comenzando en los años 70) va evolucionando en su modus operandi, y acumulando cuerpos en una cámara frigorífica junto a un montón de pizzas congeladas.

Jack es ingeniero, aunque siempre quiso ser arquitecto, y está obsesionado con hacer la casa perfecta en una parcela de su propiedad. Pero sus numerosos trastornos obsesivos compulsivos, unidos a su afán de alcanzar la perfección, le hacen perder una y otra vez el norte en cuanto a la construcción de dicha vivienda.


De esta manera, emplea estos asesinatos (cada vez más crueles y atrevidos) como válvula de escape. A medida que avanzan las escenas, nuestro particular sociópata va teniendo largas conversaciones (mediante el uso de la voz en off), justificando las atrocidades que comete, intentando explicar a su interlocutor que en realidad son obras de arte.

Así, elegirá cinco eventos al azar, que determinarán el destino de Jack, así como sus motivaciones y serán el hilo conductor de la última cinta del siempre controvertido director danés, Lars Von Trier.



Opinión personal de David P. Yuste:

Antes de pasar a presentaros mis comentarios acerca de La casa de Jack, me gustaría dejaros unas pequeñas notas iniciales, a modo de complemento.

Lo primero de todo, que este film estuvo presente en 2018, el año de su estreno, tanto en el Festival de Cannes como en el de Sitges en la sección oficial.

Por otro lado, en su momento hubo mucho revuelo (algo que por otro lado es bastante habitual en los trabajos de este cineasta) con este largometraje de 150 minutos, llegando todos los críticos a la conclusión de que, sin duda, este era el trabajo más salvaje y violento que había realizado su director hasta la fecha. Llegando a tacharla de perverso en algunos medios.

Tras su visionado (confieso que no es la primera que veo de Lars Von Trier, responsable de títulos como Anticristo, Dogville o Nymphomaniac vol.1 y 2), he de reconocer que no es apta para todo tipo de estómagos, ya que trata de forma explícita, y en ocasiones de manera bastante inquietante, los pasos y procedimientos de nuestro particular psicópata.

Un film cargado de rudeza, que va in crescendo a medida que avanzan las escenas y la cinta, hasta alcanzar cotas que serían, sin duda para muchos, perturbadoras.

A pesar de ello, me ha parecido una gran película, que toma como premisa de alguna manera (y con esto no quiero hacer demasiado spoiler), La Divina Comedia, de Dante Alighieri.

Posee una fotografía morbosamente exquisita, además de que Matt Dillon borda el personaje de manera magistral. Un argumento interesante, cargado de un humor negro muy efectivo y potente que complementa, y distienden de alguna forma las ya de por sí impactantes imágenes que se pueden ver en La casa de Jack.

En definitiva, uno de los trabajos que más me han gustado de la filmografía de este transgresor cineasta danés, de los que haya podido ver en estos últimos años.

Muy recomendable para todos aquellos que quieran ver una película diferente, y que no se escandalicen ni se dejen llevar por las emociones, de nuevo aviso, dado el alto contenido de ultra violencia que en ella se muestra.



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3 comentarios:

  1. Pues yo era megafan de Lars Von Trier, pero con las últimas se le fue un poco la olla. A ver si me reconcilio con él. Ne quedo por aquí de seguidora y te invito a que te pases por mi blog si te apetece.
    Abrazos.

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