Cines Torrance: The Void (El vacío)



Sinopsis:

Un hombre huye a la carrera en dirección al bosque alejándose de una casa donde hay una mujer que grita aterrada. En dicha casa, vemos un cadáver con cuya sangre han dibujado un triángulo en la puerta.
Unos instantes después, dos hombres salen por esa misma puerta, y a sangre fría disparan con una escopeta a la misma mujer que gritaba dentro e intentaba escapar a escasos pasos por delante de ellos. Todavía con vida, aunque malherida, le vacían un contenedor de gasolina y le prenden fuego sin contemplación alguna. Acto y seguido se subirán con total normalidad a su coche y se marcharán como si nada.

Ocultos entre las sombras, alguien cubierto por completo con una túnica, y que cubre su rostro con una capucha con el mismo triángulo grabado que los asesinos “supuestamente” han dejado en la vivienda, observa en silencio la escena.
Con esta serie de acontecimientos tan extraños como perturbadores, da comienzo esta historia.
Los siguientes fotogramas nos introducen en el bosque del comienzo. Allí, un policía llamado Daniel Carter (Aaron Poole) ha parado a descansar de la monotonía y la rutina de su puesto. En medio de la oscuridad encontrará al hombre que huyó de la casa y lo subirá a su coche patrulla para llevarlo al hospital más cercano. Dicho hospital se encuentra en mínimos aunque operativo, a pesar de que recientemente hubo un incendio que arrasó gran parte de las instalaciones. Después de avisar a la central para que contacten con el Marshall, Daniel conducirá hasta el centro sanitario para que curen las heridas de aquel desconocido.


Una vez allí, y reencontrarse con el poco personal que queda, entre los que se encuentran su ex mujer Allison, una enfermera en prácticas llamada Kim y el doctor Richard Powell, interpretado por Kenneth Welsh (serie Twin Peaks, El aviador, El exorcismo de Emily Rose, La alianza del mal), además de una joven embarazada y su abuelo entre otros, no tardarán en empezar a ocurrir extraños fenómenos.
La llegada de ese misterioso hombre, el cual al parecer además es drogadicto, al que Daniel ha trasladado hasta allí parece contagiar una especie de locura y terroríficos síntomas entre los que están a su alrededor.

Los asesinos, siguiendo su pista, no tardarán en irrumpir en el hospital en busca del sujeto. Mientras tanto, un curtido y veterano policía estatal llamado Cliff Robertson y el agente Daniel deberán controlar una situación que se antoja cada vez más caótica.
Con todos estos eventos a su alrededor, un gran número de encapuchados portando del extraño triángulo, no tardan en rodear el edificio.

Muertes, extrañas visiones que parecen proceder de mundos lejanos, criaturas ávidas de sangre y sucesos que parecen surgidos de los recovecos más sombríos de una pesadilla, no tardarán en convertir lo que de inicio parecía una noche tranquila para Daniel, en una macabra e irreal lucha por la supervivencia de todos los que se encuentran en las instalaciones.
Una historia en la que nada es lo que parece, y que enfrenta a sus protagonistas a una pregunta de gran importancia y trascendencia, ¿están preparadas sus mentes y su cordura para lo que les espera al otro lado?



Opinión personal de David P. Yuste:

Esta cinta canadiense de 2016, dirigida por Jeremy Gillespie y Steven Kostanski, contiene un aroma a cine de los ochenta. Con muy poco presupuesto, estos directores han sabido aportar cierto aire fresco al género. Un horror con tintes Lovecranianos envuelven gran parte de esta producción, y eso se demuestra a través de una serie de elementos que provocan además, de manera inevitable, que el ritmo de este trabajo vaya de menos a más hasta alcanzar un clímax deliciosamente escalofriante.

Un film que me evoca otras películas que siguen esta senda como son, por ejemplo, Horizonte Final, La cosa, Hellraiser, En la boca del miedo o, incluso, Mandy, por supuesto con sus propios matices y un argumento casi onírico, pero sumamente efectivo.
El Vacio (The Void) está llena de giros, con un final delirante y de lo más interesante. Por otro lado, enseguida se hace notar la tensión, la cual es continua y palpable.

Los efectos especiales están muy logrados y son de lo más efectivos. Las criaturas, como decía antes, le imprimen además un carácter particular cargando cada escena de un horror cósmico muy trabajado y perturbador.


Una cinta, en definitiva, que pienso puede ser muy del gusto de todos los amantes de lo extraño y a la vez del terror más atípico. Y que, además, puede ser un buen aperitivo ahora que por fin parece que en breve podremos ver “Color Out of Space”, adaptación de una de las muchas obras del genio de Providence, Howard Phillips Lovecraft.


Lo mejor: La ambientación, así como todo ese ambiente cósmico, delirante y enrarecido que posee.


Lo peor: Algunos pequeños momentos en los que el ritmo decae. Pero, sinceramente, son muy pocos, y si os sumergís en la historia, casi ni os daréis cuenta. Y, por añadir algo más, las interpretaciones no son malas, pero tampoco esperéis actuaciones soberbias que se salgan de lo normal, y por tanto, tampoco dignas a nominaciones para los Premios Oscar.


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